Mientras el presidente Donald Trump celebra que el país vuelva a abrirse, el país continúa sin aplanar la curva, con nuevos estados sumando contagios, mientras los más perjudicados al comienzo tuvieron éxito con las medidas de distanciamiento.
La crisis del coronavirus en Estados Unidos ya se llevó la vida de más de 70.000 personas, cifra que aumenta de a cientos cada día.
En ese marco y mientras los casos confirmados son más de un 1.200.000, la administración de Donald Trump planea comenzar a cerrar las fuerzas de trabajo respecto al coronavirus, según indicó el New York Times.
El gobierno republicano presiona para que cada vez más estados empiecen a abrirse y dejen atrás las políticas de aislamiento.
Al mismo tiempo, el país enfrenta desabastecimiento de carne en algunos estados por el cierre de muchos frigoríficos donde sus trabajadores fueron infectados. La crisis llevó a que locales restrinjan las cantidades que pueden llevarse sus clientes.
Respecto a las muertes, el total hasta el momento es de 71.228, con 1.307 en la última jornada. Nueva York, el estado más afectado al principio logró empezar a reducir la curva de infectados a partir de las medidas de distanciamiento social.
Trump enfrenta cuestionamientos importantes por su decisión de no cerrar el país, lo que lo llevó a ser ampliamente el país más afectado por la pandemia. Mientras, su gobierno continúa con la teoría de que se trata de un virus creado en un laboratorio de China.
A pesar de que su decisión fue de cuidar la economía, más de 30 millones de ciudadanos norteamericanos solicitaron el seguro por desempleo luego de ser despedidos por la crisis económica que el virus se generó.
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